Espero que esta relación que comienza entre nosotros a través de esta serie de mensajes sea una oportunidad nueva de contacto entre nosotros. En ella iré vertiendo las enseñanzas que a lo largo de los años fui recibiendo y los conocimientos que fui adquiriendo en esa relación nueva y eterna de contacto con seres de otras dimensiones y planos. Sin más, vamos de lleno a la propuesta.
Año 1995, Bolivia, Isla de la Luna en el lago Titicaca. 23:00 horas y el frío comienza a envolverme en una noche estrellada y eternamente bella que me recibía en este santuario solar. Me había llevado al lugar la búsqueda de comprender e interiorizar el contacto con los maestros, guardianes de archivos y los mayores (seres extraterrestres).
A poco de estar allí, se proyecta ante mi la figura holográfica de un maestro llamado Soroméz. Conmovido, comienzo a asumir las sugerencias que él me transmitía al hablarme.
“Hoy estas aquí entre nosotros porque es hora que comienzas a concienciar nuestras primeras sugerencias, ¿recuerdas? Tu eras simple, natural, no buscabas ser ejemplo, sólo eras. Estás aquí porque asumiste un compromiso libremente que hoy debes autoevaluar, recordando el comienzo.”
Mientras las palabras sabias y profundas de tan amoroso maestro me conmueven, las imágenes inundan mi mente y la emoción está a flor de piel; recuerdo que si bien todo lo he intentado con la mayor disposición, no siempre tuvo la mayor dirección de los mayores. Las palabras del maestro continúan, inundando el lugar de sabiduría y paz:
“Sabrás que la frescura y sencillez es el sello de los peregrinos del tiempo, como tú. Aquí descubrirás que no has de acceder a muchos conocimientos porque éste está ya grabado en ti y es consecuencia de vuestro fecundo trabajo interno. Sólo necesitas trabajar y recordar que vuestra misión más trascendente era ésta. Que hubo un tiempo y una preparación. Desde ahora, no busques ser ejemplo, ¡se tú! No permitas que aquellos que no ven más allá de sus ojos te cieguen. Sé inteligente, encuentra en la esperanza el poder más trascendente de un ser consciente. No olvides que todo puede ser cambiado, cambiado. Que el amor es la fuerza única, la que los direcciona a la unidad de criterios para poder convivir aún en la diversidad. La esperanza será la semilla que colaborará a sembrar paz en estos tiempos de cambios, dudas y desánimo. La “esperanza” de reconocer la realidad y observarla con otros ojos, creando los medios para la preservación de la vida, la paz y la igualdad, y que no sean estas meras palabras sino, muy por el contrario, sean la dirección a seguir que les permita una vida más ecuánime y armoniosa en vuestra realidad y planeta. Partid a concretarlo por vosotros, por las futuras generaciones. Sembrad la Esperanza en Paz.”
Con estas palabras, la imagen del maestro se iba diluyendo, mas dentro de mi, el orden y la paz nombradas iban ganando espacio; el lago sagrado, la magia del lugar, el legado de los Incas…, todo comenzaba a tener un lugar en mi ser.
Dios los bendiga.
Carlos Fernández
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1 comentario:
Me encanta lo que has escrito, hermano. Nos abre el corazon a todos. Un beso.
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