Todas las respuestas son las preguntas que nos hacemos. Nadie conoce lo conocido, pues ignora la vía para conocer lo que necesita saber. Saber por saber, es lo mismo que comer por comer. Cuando el río se desborda, recién comienza su purificación, por ello es necesario desbordarse para limpiarse.
Cuando busques no te limites queriendo hallar lo que necesitas, sino lo que te ayude a no necesitar la necesidad.
Para amar debes entregarte a la inseguridad de sentirte desbordado por el mismo amor que quieres dar y necesitas tanto… recibir.
En la transformación, el aire del espíritu te refresca el alma que, con sus bálsamos de paz, te dice… confía... confía... en ti... que tu y Yo somos Uno.
Carlos Fernández
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